La luna
que sea visible, sus contornos,
variantes por las estaciones
y devolviendo una luz regalada,
despiertan en nuestros ojos el placer de contemplarla.
Aquellas inocentes noches de verano,
las madrugadas de frío invierno,
olvidadas las tardes añiles y otoñales,
a la espera de que la primavera desmaye sus flores.
José A. González Correa, marzo-2025
Me encantan tus fotos🫶
ResponderEliminarSi y mirarla nos transporta y calma.
ResponderEliminarFantásticas fotografías 🌛
Preciosas fotos
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