Ganarle tiempo al tiempo, llevando consigo aquello que fuimos, sintiendo de la misma forma, a pesar de todos los inviernos acumulados. No lo gastamos, poque somos los mismos, solo pasan los días, meses y años, pero sentimos como siempre, nuestras sensaciones no envejecen. Eso pensé en aquella enorme estación de enormes dimensiones, donde el aire se movía con la nostalgia de los viajeros que volvían y partían, mezclando las sensaciones de ilusión y cansancio. Imaginé que cada persona con la que me cruzaba atendía de forma diferente su tiempo. Algunos se apresuraban con la intención de hacer más que los demás (en el mismo tiempo), otros dejándolo transcurrir contemplando su paso como se mira el paisaje a bordo de un tren, muchos guiados por algo predeterminado que marca sus pasos resignados, unos pocos con el aire distraído que permite disfrutar de cada pequeña cosa y otros pocos, convencidos que su tiempo vale más que el de los demás. Y, por otro lado, está el viaje, cada tren hacia su ...
Serás el vaivén de mis sentimientos mientras pones en pausa mi cabeza, lejos de cualquier parte, los acordes del viento suenan más fuertes si las manos que lo acompañan lo acarician. Serás el camino de estrellas que me guíe cuando ande tan perdido como siempre, adormilada voz de mi conciencia que sabes acurrucar los sueños de quien los quiere vivir despierto. Serás el vendaval que no cesa, que cubre de agua y despereza, y cuando el mar enfurecido ondule y embravezca las olas, un manto de calor y esperanza. Serás lo quise que fueras, porque, como la sombra que me acompaña, te llevo cosida a mi cabeza, enagua para lágrimas de risas y llantos, vistes mi alma sin querer cambiarla. Serás los días que me quedan mientras espero que la angustia que ahogo en el ondulado mar que la pena de la soledad crea, algún día se desvanezca. Serás lo que toque ser de forma imaginaria, mientras la realidad vuelva a nublar los días, calan...
Deja que el aire se pare, que el tiempo sucumba bajo su peso, que los recuerdos transiten por hilvanes invisibles entre el alma y la memoria. Que la soledad te visite lo necesario para que conocerte sea lo imprescindible. Y más allá de acunar tu propia historia, esparce tu conciencia ayudándote del viento, para que el camino se tapice con los pétalos de tu esencia. No dejes de acomodar el frío, tu calor es necesario, tus brazos son abrigo de lo ordinario. Y si lloras, que tus lágrimas sean rocío y hagan brillar los campos mientras la noche se desviste abrumada por el día. Y si la sonrisa atrapa tu boca que la libere despacio, amortiguando palabras mientras dormitan tus ojos. Sé lo que necesites, acomodar el tiempo no es opción para recibir el año. Feliz año 2025, JAG Correa
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