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Mostrando entradas de diciembre, 2022

18 de diciembre, Virgen de la Esperanza

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Conocí a mi hermana Esperanza cuando ella tenía casi diez años. Aunque, realmente no tuve conciencia de ella hasta años más tarde, claro. Ella si tuvo conciencia de mí de forma inmediata, era la segunda niña e imagino que el nacimiento de un pequeño enano, casi 10 años después, debió ser para ella una conmoción. Comento esto último porque, según me narraba mi madre, ella se comía mi papilla cuando la dejaban a mi cargo y, más aún, cepillaba mi cabeza, de pelo ausente, de forma insistente y sin importarle que “el niño” llorara de forma desconsolada. Claro que ella lo hacía por un bien mayor, estimular hasta la dermis mi piel craneal para que naciera pelo rizado y abundante, o al menos esa era la excusa.   Mientras yo crecía, ajeno a las vivencias, experiencias y desarrollo emocional de mi hermana, ésta veía en mi a un pequeño ser travieso y en constante disputa con ella. Imagino que me vería como al usurpador de atenciones, el lastimoso mocoso con ataques de asma que requería de especia

La sonrisa de mi hija

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Nunca acaba nada, solo nace un principio, ni el frío ni las nubes apartan al solo arriba, no ha historias perdidas, solo amaneceres ganados. Todo lo que nos arrancan, nos libera del peso, de la soledad de sombras que nos ocupan salvo lo necesario, todo es parte de lo prescindible. Ni los ocasos son finales, ni el amanecer principio,   los besos son fugaces y necesarios como la vida, el amor es la secuela de desnudar el alma y sentirla. Quiero alcanzarlo todo, salvo tu vuelo libre sin complejos, quiero saberlo todo, salvo lo que tu cerebro deposita en tu alma, quiero sentirlo todo, incluso cualquier pena que te aflija. Soy tu guerrero, el caballero de tus cuentos de hadas, el defensor de tu causa y el protector de tus sueños,   la mano sobre tu cuna y los brazos que te arrullan. Quiero ser lo que quieras que sea mientras lleves tu vida de la mano, quiero llevar tu mano de la mía, alejada de peligros, abandonarlo todo y llegar donde te encuentres. Nada termina, la vida lleva el sentido d