La luz en otoño

La luz durante el otoño está amenazada de muerte, transita despacio con la soledad acompasada a su paso, a la espera que el sol se oculte temprano, acostumbrada a su trasnochar de verano. Los atardeceres son simulacros de derrota, cuando la luz adormece de forma pausada, incierta y temerosa. Simula el rescoldo de luz que queda atrás a medida que nos adentramos en un túnel. Perfila las montañas de manera que apreciamos un visillo de color pálido, con algunos trozos deshilachados por los que haces de luz se escapan y tiñen de añiles y fucsias las nubes que enmarcan la escena. A veces el día se despide con una paleta de colores trágicos que enmudecen la brisa y detienen el parpadeo de incontables ojos incrédulos. La tarde no quiere irse y se tumba a lo largo de las montañas o se recuesta sobre la mar, sin otro propósito que quedarse. Hoy la acompaña la luna, empeñada en suplir al sol con su brillo, mientras éste abdica, sin más remedio, cansado de soportar el día. La belleza de la t...