El perfil velado de luna
Pétalos arrancados
al tiempo, con el mar de nuestros sueños como fondo y el silencio de los
recuerdos acostados que nos alejan del rumor de las olas. Caricias del viento
en otoño, sentimientos en ocre que nos alcanzan, momentos de gloria vividos
sobre la lápida de nuestra nostalgia. Se forman las olas tranquilas, repletas
de espumas de antaño, se acercan y besan las manos y mejillas de nuestro
presente. Las olas de plata con luna, las olas de azul que traspasa si el sol
las baña. Momentos de colores de gloria cuando el otoño amanece tranquilo,
suaves pasteles para paletas de genios, tristes añiles para corazones poetas,
color de quebranto para un adiós temprano o para un ¿hasta cuando?. El tiempo
se hace pausado en otoño, acompasa las nubes repletas de grises y heridas de un
sol callado; heridas abiertas y cerradas en un compás de movimientos lentos. No
quieren llegar a su destino, no quieren pasar el otoño, temen llegar vestidas
de invierno.
Se ha vuelto loco
el artista pintado entre algodones el cielo y los rayos de luz gastada que
cubren la montaña alzada de nuestros recuerdos.
Se vuela mi camisa
y ocupa el espacio, se deja ahuecar por el viento que ocupa mi cuerpo, sortean
mis manos el aire, se baten sin sentir casi nada, solo un roce intangible.
Y el rumor del
tiempo que no vuelve, porque es infinito su pasado o tiene miedo por venir de
nuevo a vernos. Su visita inesperada nos llenaría de angustia y dejaría mojada
nuestra alma.
La luna de arco ha
quedado oculta, apareció de repente, me quedé mirándola y sin pensar en nada.
Se acomodó en lo alto, delgada y cautiva del tiempo aborrascado. Un hilo de
plata, un hilván de nácar en el cielo bañado, un arco guerreo y altivo o una
cuna mecida. Un instante pintado allá arriba, para que mi sueño recupere
aliento y se ciña el tiempo a su cintura para llevarlo lejos y, allí, sembrarlo
de dudas. Las nubes apartan su imagen de mi escasa cordura para que yo fantasee
con su figura y pinte líneas de este mar blanco en un ir y venir, como olas de
mar, de escritura. Se filtran las luces, las últimas luces de este acabado día.
Luces calladas que van terminado y entregando su vida. Luces que abdican
vencidas y celebran calladas que el cielo, a veces, aparta sus dedos de nubes y
descubre o destapa la faz mas mirada. El perfil velado de la luna.
El perfil velado de
luna
José A. González
Correa
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