Cada abrazo despierta el orgullo de ser padre
He aprovechado para colarme en el hueco que queda entre la sombra que cada uno de nosotros pisamos, donde el aire no pertenece a nadie y las ausencias no se notan. Los huecos son distintos a medida que habéis crecido, deshaciendo las siluetas de niños, adolescente y configurando la de adultos. Y en cada traje que habéis vestido he acomodado un abrazo, distinto, pero siempre enamorado. Por cada circunstancia que fuimos, por cada año vencido y por acomodar mi andar al vuestro, abrazadme si me veis rendido. He hecho y deshecho cuantos abrazos pensé que eran necesarios, aunque el tiempo me sigue mostrando que nunca serán suficientes. Pero cada uno iba colmado de entrega, cada uno era especial y aportaba ternura. Abracé vuestro sueño, el solivianto, la queja y el desconsuelo, acuné ilusiones y esperanzas disfrazado de héroe. Pero era el calor de vuestros cuerpos, la satisfacción de sentirme útil a vuestro lado la que me convirtió en padre. Deshice mis sueños tejiendo los