Mi alma brota
Ahora, que las horas están quietas,
cuando las olas parecen tranquilas,
cuando añoro tus manos inquietas,
derramas ternura y me despabilas.
Ahora, después de cerrar la puerta,
tras quedar solo, mi alma parada,
sin arrebatos de fiereza, alerta,
adormece mientras queda varada.
Sosegado vaivén de sentimientos,
dejo sobrevivir nuestras vivencias
suspendidas entre los pensamientos.
Desciende desde el techo sin derrota
recordando aquellas coincidencias,
atravesándome, al final, brota.
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