Hablar sin hablar
Las manos atrapan
el aire con tanta pasión
que la razón no
deja lugar a la duda
y el viento discreto
mesa su pelo
mientras engarza
corales que mecerá su cuello,
y la luna gitana
regará con azahares
y aroma de jazmín
de noche,
desde el Albaicín
a Triana toda su blancura.
La mar celosa de
su silueta, mecerá la espuma con la marea,
mientras sus
brazos navegan el espacio que la música deja
y se hunden en la
armonía con golpes de ritmo,
con encendida
pasión que a la mar enoja
y subirá para mojarla,
mientras sin querer,
le hilvanará, la
bruma, el taró y la espuma a su cintura.
Viento de antaño,
acunado redoble de sentimientos,
prendidos a la
tierra como los sueños con los que nos entierran.
Sentimiento
profundo donde el dolor se hace cante
y la pasión es un
baile qué sin hablar, habla, que sin querer, te cuenta.
Caricias segadas
que en la barcina esparce la mies,
rendidas voces que
olvidaron el fugaz recuerdo de la amapola,
cuando las
espigas jóvenes buscaban el beso de una flor efímera,
flor delicada que
se duerme cuando es cortada.
Nos han querido,
te han querido, pueblos enteros, señores de la guerra,
nos han “vivido”
pero nunca han tenido el corazón de la "tierra",
sembrada de esfuerzo
y plantada de olivos, de raíces que ahondan la tierra.
Han quedado las
voces prendidas al lamento del cante,
y la poesía se
hace gesto mientras nuestros ojos, el cuerpo y las manos,
nos cuentan lo
que la boca no dice, solo se enseña.
Solo nuestros
gestos, mecen palabras sin voz
de un pueblo tan sencillo
como la mar nos enseña.
Quizá por eso, el
aire aquí es requiebro y los bailes nos alientan,
a que la voz, sea
un gesto y los labios …
los labios solo
esperan acortar la distancia de un beso.
Por eso Andalucía
no es princesa, ni se jacta de su belleza,
porque levanta
caricias en los ojos que la contemplan,
porque se viste
de luna en la alcazaba
y le levanta la
enagua a la sierra más alta.
Porque se adorna
sin complejos, después de caminar erguida,
en galerías de
minas, campos de secano o embarcada sin rumbo,
siempre atenta a
sus poetas, soñadores del mañana,
asaltantes del
libreto de un filósofo en el que dibujaron con su pluma las palabras.
José A. Gonzalez Correa
José A. Gonzalez Correa
Genial!!!!
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