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Mostrando entradas de enero, 2018

Mi alma indigente

Mi alma indigente No volví la cabeza mientras, ausente quedabas esperando con la mano extendida, en la acera, como un océano de desprecio sin más esperanza que la de la última frase, sentencia inesperada que acaba un sueño. No deparé un instante en tu figura, quieta y perfilada como el boceto de un dibujo, incierta y frágil como tu propia vida, acabada apenas la suerte te hizo ser donde la desgracia es la riqueza que no tienes. No florecieron los adoquines para alfombrar los pies desnudos, ausentes de calor y dispuestos a no caminar porque no hay color en cualquiera de las direcciones que tomes. Destinado al destierro donde nuestros prejuicios, cosidos de miedo y arrogancia, te arrojan. Exilado al lugar de los despojos, condenado a vivir sin caricias ni a darlas, atrapado en el espejo que tanto nos asusta y destinado a revelar nuestra conciencia en navidad. Escribirte no ahuyenta la pena que nos causamos, la tuya forjada por la certeza de

Las tardes y los sueños

Las tardes y los sueños Las tardes de invierno son como cualquier tarde del resto del año, marcadas por la rutina que se ha encajado entre los resquicios de nuestra vida, rutina que convive con nosotros e incorpora lo común a lo habitual. Las tardes anuncian lo inevitable, que el día se acaba y tenemos que acomodar el paso al sosiego necesario que nos permita seguir caminando a la mañana siguiente. Por eso las luces se van tornando a colores pasteles teñidos de añil y rosas cargados de sombras. Lo que ocurre es que habitualmente no estamos en disposición de apreciar esa fantasía cromática, dado que acudimos deprisa a reencontrar la rutina del descanso necesario. Si cada atardecer nos alcanzara, la luz filtrada de las nubes en retirada, sencillamente, nos paralizaría. Coches parados en plena autovía, naves varadas y viandantes inmóviles mientras el milagro cotidiano se hace visible, apartando durante breves minutos la calculada y precisa planificación de lo diario. Lo único que d