Hoy es el comienzo de lo que queda de día
Aíre que despacio me envuelves,
que acaricias como la seda, …,
mi alma cansada.
Alas que subís mi mirada al cielo,
Nubes cubiertas con aquello que no siento,
pero percibo como algo suave y pleno.
Tenues gotas de rocío que recibo
mientras pienso abstraído,
durante esta noche que ahora acaba.
Amanecer frío de aíre detenido,
salvo la brisa justa que mi piel tersa.
Gotas acunadas por las hojas,
por los pétalos abiertos y expuestos
durante otro comienzo de día.
Ausentes otros días,
aquellos que ya son pasado,
desperezan el ahora que me visita.
Hoy es el comienzo de lo que queda de día.
José A. González Correa
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