La luna jugaba en el cielo
La luna jugaba en el cielo, parecía que quería ocultar su precioso semblante de la anterior noche, durante la que lució espléndida.
Jugaba con las nubes que hacían aun más oscura la noche, porque ni las estrellas aparecían.
En momentos fugaces, un halo de luz plateada se filtraba por entre el espeso tejido de las nubes, huidizo y difuso, desdibujando toda la negrura. Pero en ocasiones, alejada de su timidez, emergía para mostrar su blancura, desdibujando la ausencia de luz con un fulgor que impresionaba al propio cielo.
La observé atento, mientras perfilaba su silueta delante de mi objetivo, sin atender como se deslizaba el aíre frío de la sierra sobre mis manos y cara, tan absorto estaba en contemplar esa danza tímida de las nubes y la luna. No faltó en mi cabeza la música que acompañara esos momentos, imaginándolas en un baile enamorado sin borrar el silencio de la noche, solo yo interpretaba la melodía, de forma callada, mientras ellas bailaban.
Las nubes se hicieron más densas y la noche mas intensa, se escondió la luna entre ellas ocultando su encanto, pero continuó abrazada a su espesura, solo quedaron hilos de plata hilvanando ese tejido en ausencia de luz.
José A. González Correa
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