Como palpita la luz de una vela
Como palpita la
luz de una vela
Oí tus pasos
sobre el sonido del fuego,
y acallé mis
dudas cuando aún había rescoldo.
Mientras las
llamas crecían el aíre se apresuraba.
Cuando el calor
se vencía, se apaciguaron las ganas.
Las mañanas se
hicieron rutina tendidas sobre la cama,
y las noches,
inconscientes, escondidas bajo las sábanas.
Los meses
alborotados deshacían el calendario,
y caminando año
tras año se nos perdieron los pasos.
Rendidas de tanto
andar las sombras no regresaban.
A cuantos cuerpos
siguieron para hilvanar sus perfiles.
Aunque en ninguno
encajaban cosidos ya en otras almas.
Y, sin dejar de
buscar, un día nos encontraron.
Para cada paso perdido
queda otro con la necesidad de hallarlo.
Cada instante de
luz es el preludio de otro ocaso.
Somos lo que
andamos buscando y la ilusión de encontrarlo.
Y nos movemos sin
remedio en un mar de desencantos.
Y como palpita la
luz de una vela, su desconcertada sombra se pierde,
al igual que
nosotros, que siempre nos estamos buscando.
José A. González
Correa, nov.-18
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