El haza y su memoria
El azahar y el romero
Hoy se reencuentran de nuevo, el azahar y el romero,
la esperanza y el requiebro, la dulzura y el sobresalto,
el amor enamorado y la amor apasionado, ternura y
arrebato,…,
juntos en mi recuerdo los acomodo en el haza.
Recién peinada la hierba, los ubico en su descanso,
a él sentado al abrigo de un olivo hondero, a ella
tendida sobre él, sin dejar de mirarlo, …,
la sonrisa pintada y, sin latido, el corazón alocado.
Dichoso el recuerdo que llegó de improviso,
bendita memoria que no olvida, salvo por ahogar el sollozo,
aliento del pasado lleno de vida, instantes de lo vivido
escondidos en los huecos que la rutina mantiene en sombras.
Linderos con el cielo son las copas de los olivos,
las pisadas holladas son las raíces,
el color del cielo, tus ojos, hermana,
el mecer del agua los arpegios de su guitarra.
Juntos de nuevo en vuestra tierra, en vuestro sitio,
los perfiles del surco enmarcaran tus cejas,
las ramas movidas por el viento mesaran su barba
y todos los pájaros trinarán contigo.
Hoy fue el día,…, transportadas a mi memoria
las almas que se quisieron reencuentran camino,
la eternidad compartida para los que se fueron,
en la tierra que enamoró sus almas, será mi consuelo.
Para mi hermana, Esperanza y su marido, Ernesto, que se
despidieron hacen 8 años y deseo que caminen juntos de nuevo,…, aunque todavía
no podamos seguirlos.
Ella me escribió:
“ golpe de vida eres, a golpes de vida y amor te hicieron, a
golpes de amor crecerás en la vida, …, Que nadie a golpes te dirija”
Han pasado más de 40 años y me repito ese poema casi todos
los días.
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