Atardeceres de la Alpujarra
Del color que dispone la retirada de un sol abatido se destiñe el día, de su cansancio,..., los matices, del calor de tu alma, ..., el sentimiento que evoca, de las arrugas que enmarquen tus ojos, ..., los recuerdos, que junto a esa luz difusa se apoderan de tu presente y lo hacen dormitar. La luz nos deja, despacio, pausada y constante, desaparecen las sombras, solo se perfilan siluetas, lentamente se agota el pulso del día, dignamente se muere, y mirando sin ver, solo soñamos. Jose A. González Correa